Desde hace algún tiempo, se están llevando a cabo programas de educación bilingüe en los colegios públicos de Primaria y Secundaria en las distintas Comunidades Autónomas (en las que tienen lengua propia habría que hablar de enseñanza trilingüe). El objetivo de estos programas es la inmersión lingüística impartiendo diferentes materias (cualquiera menos lengua y matemáticas) en otros idiomas, generalmente inglés. Leo que hay más de mil escuelas públicas bilingües en toda España y unas 60 en Canarias en el año 2008 (no consigo encontrar datos más recientes). El tema de las escuelas bilingües vuelve a estar de actualidad por unas polémicas declaraciones de Esperanza Aguirre en las que acusaba a los profesores de no saber inglés y no querer aprenderlo. Fue también en Madrid donde hace un par de años, para promocionar las escuelas bilingües, se usó el desafortunado eslogan, «Yes, we want«, una copia del ya clásico «Yes, we can» de Obama pero gramaticalmente incorrecto, algo paradójico teniendo en cuenta la intención de la campaña.
De Manel Fontdevila
No sé muy bien qué pensar de los colegios bilingües. Si los profesores dominan la lengua en la que tienen que impartir sus clases, los alumnos la aprenderán de forma natural (es el caso, supongo, de la enseñanza en catalán para los niños de habla castellana). Ahora bien, si no es así, como me temo que ocurre en España en lo relativo a los conocimientos de inglés de los docentes, el resultado puede ser desastroso. Aun teniendo la titulación exigida, no se me ocurriría dar una clase en inglés porque sé que con toda seguridad cometería errores gramaticales de todo tipo, mi vocabulario sería pobre y mi acento inclasificable. Una cosa es usar el inglés como lengua franca con la que hacernos entender y otra bien distinta es enseñarla. Creo que es un disparate montar un sistema bilingüe con profesorado que está lejos de dominar un idioma extranjero. El Ministerio de Educación se propuso como objetivo para 2020 que todo el profesorado que vaya a impartir su materia en inglés tenga acreditado, como mínimo, el nivel C1 de referencia del marco común europeo. Aún así, me sigue pareciendo un nivel insuficiente y además me surgen dudas sobre si es conveniente que los alumnos de Primaria pasen a trabajar en otro idioma cuando aun tiene dificultades con el suyo propio. No poder expresarse correctamente en la lengua materna por haber adquirido (mal) un idioma extranjero, sería un precio demasiado alto y creo que inasumible.
La enseñanza de idiomas preocupa mucho porque tradicionalmente ha habido muchas carencias en este campo (aunque se me ocurre que quizás no más que en otros). Al compararnos con otros países europeos solemos salir malparados y por eso me ha parecido interesante investigar qué tratamiento se da a la enseñanza de las lenguas extranjeras en otros países. He encontrado un informe elaborado por el Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid donde se analizan los programas de enseñanza de otras lenguas en algunos países de la Unión Europea y curiosamente (o no) en ninguno de ellos existen programas comparables a los de escuelas bilingües que se están tratando de introducir en España, al menos en Educación Primaria. A continuación he resumido lo relativo a esta etapa educativa en Alemania, Francia, Reino Unido, Finlandia e Italia:
Alemania: En el sistema de educación alemán, los diferentes estados tienen sus propias competencias educativas aunque, desde 1990, en todos ellos es obligatorio estudiar un idioma extranjero durante la Educación Primaria, a partir del tercer curso, y en algunos casos desde el primer y segundo curso. Hay programas bilingües para Primaria como el llamado Europa Schulen en Berlín pero van destinados a alumnos que ya son bilingües, o tienen un alto conocimiento de dos idiomas al entrar en el programa.
Francia: La ley francesa obliga a impartir al menos una hora y media de lengua extranjera por semana durante los primeros años de Educación Primaria y un tiempo indeterminado durante los últimos años. No hay ninguna regulación sobre enseñanza bilingüe aunque desde los años 70 hay proyectos orientados a la integración de inmigrantes o implantados en zonas fronterizas. Por otro lado, los centros públicos contemplan Secciones Internacionales pero igualmente destinadas a los colectivos de alumnos extranjeros y locales que, por diversas circunstancias, ya son bilingües. Para la admisión en estos programas también se tiene en cuenta el expediente académico.
Reino Unido: En los sistemas educativos de Inglaterra y Gales, la enseñanza de una lengua extranjera sólo era obligatoria desde los 11 a los 14 años aunque desde de 2010 la obligatoriedad se ha extendido a la etapa de 7 a 11 años. No se establece un mínimo de horas a impartir. No hay ningún proyecto público bilingüe a nivel nacional.
Finlandia: Finlandia tiene un programa nacional de enseñanza bilingüe durante toda las etapas educativas en donde se imparten diferentes asignaturas en dos lengua extranjeras: sueco (que junto con el finés es la lengua hablada en este país nórdico) y una optativa que suele ser el inglés. A los profesores de inglés se les exige el examen de Language Proficiency.
Italia: En la Educación Primaria, la enseñanza de una segunda lengua no forma parte del currículo de las escuelas italianas, si bien se está extendiendo la oferta de cursos de inglés. En cuanto a la enseñanza bilingüe, solo hay tradición en las zonas fronterizas donde conviven niños ya bilingües con alemán o francés además de italiano.
En resumen, excepto Finlandia, ninguno de estos países tiene una red de escuelas bilingües. Las circunstancia del país nórdico son sin embargo totalmente diferentes a las españolas.
Entradas relacionadas: