Niños, niñas y fracaso escolar

Aunque no es un tema del que se suela hablar (al menos en las escuelas de Magisterio), los estudios sobre rendimiento escolar en España indican que el fracaso es mayor entre los niños que entre las niñas. Por ejemplo, según un informe publicado por el Ministerio, cuyo análisis he encontrado aquí, en España  los chicos siguen fracasando un 50% más que las chicas. También hay diferencias en cuanto a los resultados del informe PISA (que como saben es una evaluación internacional que mide las competencias de los alumnos de 15 años en Lectura, Matemáticas y Ciencias) aunque a favor de las niñas en competencia lectora y de los niños en matemáticas, no sólo en España sino en todos los países estudiados. Por ejemplo, un análisis de los resultados de año 2009 que se recoge aquí dice lo siguiente:

En el conjunto de la OCDE, las alumnas superan a los alumnos en comprensión lectora en 39 puntos, en España la diferencia es de 29 puntos. En competencia matemática los alumnos superan a las alumnas en 19 puntos mientras que en competencia científica no hay diferencias significativas entre alumnos y alumnas.

La siguiente gráfica, tomada de este informe del Ministerio, muestra la diferencia entre chicos y chicas, por países, en cuanto a compresión lectora tanto de textos impresos como digitales:

Diferencia de rendimiento a favor de las alumnas en lectura digital y lectura impresa según datos del informe PISA de 2009.

A falta de un análisis más exhaustivo, se puede decir que los niños varones tienen más problemas en la escuela (suspenden más, promocionan menos) mientras que en pruebas objetivas, como se supone que es PISA, les va mejor que a las chicas en matemáticas pero tienen más dificultades en lectura compresiva (aunque curiosamente, las distancias se acortan cuando se trata de textos en formatos digitales). Hasta aquí los datos. Ahora, tratar de dar razones es una tarea muy complicada. Siempre que se habla de diferencias de rendimiento por sexo surgen dos posturas irreconciliables: nature vs nurture. Por alguna razón, las posturas más, digamos, progresistas las achacan a condicionamientos culturales, mientras que las posturas más, digamos,  conservadoras hablan más bien de diferentes naturalezas. Obviamente yo no tengo la respuesta pero me parece razonable pensar que ambas cosas tienen que ver. A estas alturas es difícil negar que mujeres y hombres somos diferentes: los niños son más violentos e inquietos por lo general, porque tienen más testosterona (lo que no significa que no haya niñas terriblemente ‘desinquietas‘ como decimos en Canarias – hablamos de promedios). Quien haya estado en contacto con críos sabe que niñas y niños tienen preferencia por unos juguetes sobre otros. Pero también sabemos que educarlos al margen de los estereotipos sexistas es muy difícil: inconscientemente esperamos de los niños determinados comportamientos según sean de uno u otro sexo. En definitiva, que no creo que se pueda hablar de diferencias innatas o culturales sino de una mezcla de ambas.

Pero entonces ¿a qué podemos achacar que el fracaso escolar sea mayor entre los varones? Yo particularmente creo que es consecuencia del sistema escolar. Creo que en la escuela no se valora tanto el logro como la docilidad. Como las niñas son en general más tranquilas, se adaptan mejor al sistema y éste las premia. Estoy segura que todos, en nuestra historia escolar, hemos conocido casos de chicos brillantes a los que se les desmotivaba por tener mal  comportamiento y chicos no tan brillantes cuyos logros eran mejor considerados simplemente porque tenían una actitud más dócil en clase. Me atrevería a decir que cuanto más se insista en devaluar el esfuerzo y peores sean los resultados académicos en general, mayor será esta brecha, más que nada porque se va a  evaluar el comportamiento, que no tienen mucho que ver con el aprendizaje real, del mismo modo que se dará más atención a quien muestre una determinada actitud. En cuanto a las diferencias entre la capacidad matemática y lingüística, no tengo mucho que aportar: pueden ser tanto diferencias innatas como estereotipos de lo que se espera que haga un niño o una niña.

Tratando este tema en otros foros, me ha llamado la atención la tesis que apunta que el fracaso escolar es mayor entre los niños porque el ambiente es las escuelas es femenino (sea lo que quiera significar esto) ya que la mayor parte de los profesores de Infantil y Primaria son mujeres. Según palabras del psiquiatra infantil Stéphane Clerget que he copiado de aquí:

¡La escuela está llena de estereotipos! Los chicos son tratados más severamente que las chicas, son castigados más a menudo que las chicas. La escuela es hoy un verdadero problema para los chicos, porque son algo más inquietos, más kinestésicos y porque les es difícil permanecer sentados durante ocho horas haciendo trabajos de escritura. ¡En el colegio, incluso  hay  chicos que juegan a ser menos buenos para evitar ser tratados como chapones o como chicas!
Es totalmente necesario adaptar la escuela y masculinizar el cuerpo docente, sobre todo en infantil y primaria, ya que casi todo el personal es femenino. Es más mixto el cuerpo docente en secundaria, pero, en ese momento, desgraciadamente para los chicos, la selección ya está hecha. Personalmente, defiendo una  verdadera paridad del personal en la Educación nacional, y no solamente de los profesores. Si no hacemos esta revolución, si no reintroducimos a los hombres en la escuela, corremos hacia la catástrofe.

Confieso que nunca había visto la ‘feminización’ de la escuela como un problema: el problema para mí es que haya muchos maestros malos, no que haya muchas maestras. Como dije antes, me parece que los niños se adaptan peor a la escuela porque son más inquietos en general pero no creo que esto tenga nada que ver con el sexo de los maestros sino con el propio sistema y la filosofía que subyace. En cualquier caso, me ha parecido interesante ver si existía alguna correlación entre diferencia de rendimiento por sexo y porcentaje de profesorado femenino. En la gráfica que he mostrado, los países  donde la brecha por sexos es mayor son Nueva Zelanda, que tiene en torno al 80% de porcentaje de maestras y Noruega con el 72%. En Dinamarca, que tiene  uno de los sistemas más igualitarios, este porcentaje baja al 64%, aunque en Colombia la situación es mejor y el porcentaje de maestras en este país está en torno al 78%. España se sitúa en la mitad de la tabla con algo más del 70% de profesoras en enseñanza primaria. En definitiva, todos estos números son tan parecidos que es imposible ver ninguna tendencia a este respecto. Es más, en secundaria y en la universidad las chicas siguen teniendo mejores resultados académicos y a esos niveles el porcentaje de profesores varones supera al de profesoras. Lo que ocurre, a mi juicio, es que en todas las etapas educativas se repite como un mantra aquello de que se pretende fomentar el pensamiento crítico, pero, ¡ay!, del dicho al hecho hay mucho trecho, y al final, casi siempre se castiga  al que destaca, en lo bueno o en lo malo, y al que piensa a de manera diferente. De nuevo, hay chicas y chicos de todos los colores pero creo que tanto el carácter de las chicas como los mensajes que continuamente recibimos de la sociedad (la docilidad y la fragilidad se tornan defectos en los chicos y virtudes en las chicas) hacen que éstas se adapten mucho mejor al sistema académico en general. Creo que si las diferencias son más palpables ahora es porque, primero, antes no lo veíamos porque niños y niñas se educaban por separado y, segundo, ahora los profesores tienen más problemas para mantener la disciplina en sus aulas por lo que el orden ha pasado a considerarse como un parámetro evaluable en sí mismo.

Lo que presento aquí es una mera aproximación sin demasiado rigor y no sé si estoy interpretando bien los datos. De hecho, los rendimientos diferentes en matemáticas y lengua pueden deberse a otros factores que no he tratado aquí. En cualquier caso, si queremos que nuestro sistema educativo sea realmente igualitario, es necesario estudiar, explicar y, sobre todo, poner remedio a las diferencias por sexo que encontramos hoy en nuestra escuela.

14 Respuestas a “Niños, niñas y fracaso escolar

  1. En una primera lectura quiero antes de nada felicitarte por abordar un tema tabú hasta el presente, para el Ministerio y las Comunidades, que jamás se han planteado dar una explicación de esa diferencia, incluso de reconocerla, pero también muchos otros agentes con presencia en la educación como los sindicatos y las asociaciones feministas; y también agradecerte la honestidad con que lo abordas, aunque como tú misma reconoces no sabes si estás interpretando bien los datos.

    Dado que no tengo mucho tiempo en este momento, deseo únicamente plantearte un primer elemento de reflexión. Escribes en relación con los resultados PISA: » A falta de un análisis más exhaustivo, se puede decir que los niños varones tienen más problemas en la escuela (suspenden más, promocionan menos) mientras que en pruebas objetivas, como se supone que es PISA, les va mejor que a las chicas en matemáticas pero tienen más dificultades en lectura compresiva (aunque curiosamente, las distancias se acortan cuando se trata de textos en formatos digitales)»

    ¿No crees que merece algún tipo de explicación el hecho de que los alumnos fracasen más, aún cuando este hecho ese fracaso no pueda ser atribuido a los conocimientos, peores en lectura pero mejores en matemáticas? ¿Debemos dar algún valor al hecho de que en pruebas objetivas los resultados no permitan interpretar que ellos deban fracasar más que ellas?

  2. Gracias, Emilio. En primer lugar, creo el hecho de que el que el fracaso escolar sea bastante mayor entre los niños varones pero su rendimiento en pruebas objetivas tipo PISA no sea tan diferente, refuerza la tesis de que ‘el problema de los niños’ no son sus hipotéticas dificultades de aprendizaje sino su peor adaptación a la escuela. Supongo que esto era obvio, pero bueno. En cualquier caso, confieso que estoy mezclando dos cosas: por un lado, qué respuesta da la escuela a los niños de uno y otro sexo y, por otro, las diferentes capacidades que niños y niñas parecen demostrar. El objetivo de este post era hablar de lo primero ya que lo segundo me sobrepasa. Lo que ocurre es que ambas cosas están en cierto modo relacionadas y además quería investigar si había alguna correlación entre porcentaje de maestras y rendimiento, parámetros que sólo se pueden analizar usando datos objetivos.

  3. Cristina, esa diferencia nos está indicando que el motivo por el que los alumnos obtienen peores resultados no está ligado a su nivel de conocimientos, sino a que son calificados por razones diferentes a las estrictamente académicas.

  4. Exacto, esa es la lectura que yo hago. Sin embargo, creo que no tiene nada que ver con estar en un entorno ‘femenino’ sino con la propia idiosincrasia del sistema escolar. En cualquier caso, una mala adaptación a la escuela lleva en general a una peor formación (si no fuera así, la escuela no serviría de gran cosa). Tampoco sé a qué se refieren exactamente por fracaso escolar (supongo que un alumno ‘fracasa’ cuando no promociona pero no sé si hay algo que nos estamos perdiendo).

  5. ¿Porque descartas que tenga que ver con el entorno femenino? O bien das una respuesta a por qué los alumnos no son juzgados por su rendimiento académico sino por otras cosas, o de ningún modo puedes prescindir del hecho de que quien está realizando esa valoración son mayoritariamente mujeres, en Primaria, el 80 %. Resultaría un apriorismo sin fundamento.

  6. Sí doy razones: el fracaso escolar sigue siendo mayor entre los chicos también en secundaria y en la universidad, donde el porcentaje de profesoras es menor. De hecho, parece que alcanza un pico en la ESO donde no sé si habrá más profesoras que profesores, pero seguro que sí son menos que en primaria e infantil (es un dato que sería interesante conocer). Decir que esto es así porque los chicos ya vienen con carencias de formación desde la Primaria sí que es un apriorismo sin fundamento.

  7. Es bueno empezar a leer en los foros españoles sobre temas que permaneces ocultos en los medios de comunicación tradicionales. Las explicaciones relativas al fracaso escolar masculino, que hasta ahora se zanjaban con el superficial y sexista «es que las niñas son más listas» en los telediarios, empiezan a focalizarse un poco más en el sistema educativo y como este, en los últimos años, ha tenido más en cuenta los estilos de aprendizaje femeninos. En otros países de nuestro entorno la inquietud sobre el gap educativo entre chicos y chicas ha surgido hace años.

    Googlenado «females teachers impact on boys education» se acceden a multiplicidad de estudios sobre la posible influencia del sexo del profesor en la educación de los estudiantes. Los diferentes abstracts no permiten llegar a una respuesta definitiva sobre el tema y las conclusiones se suelen basar en las premisas de cada estudio.

    Lo que si parece cierto es que los niños mejoran en lengua y expresión en Primaria cuando se emplean materiales didácticos más próximos a ellos, y las niñas en matemáticas cuando se hace lo mismo. Desafortunadamente, el sistema quizás haya estado más centrado en lo segundo que en lo primero, como parece demostrar el menor gap entre sexos en ese area.

    También es interesante el concepto de fracaso escolar según el sexo con que se mire. A pesar de que las chicas ya son mayoría en la Universidad, el hecho de que en carreras técnicas sean todavía minoría es una prueba lacerante de patente discriminación educativa para algunos colectivos. Que haya menos varones en la universidad no parece inquietar a nadie.

  8. Pues eso Plutarco, que se estudie este tema y se intente poner remedio me parece necesario. Ahora, echar las culpas a las mujeres de los problemas del sistema educativo me parece, además de injusto, poco constructivo. Porque no hay razones pero sí – lo siento – muchos prejuicios. Me da la impresión de que piensan que todo se ha dado la vuelta y que ahora son los hombres los que sufren discriminación. Y no, no se ha dado la vuelta (¡y esperemos que no se dé!) y el mundo sigue siendo un lugar más hostil para las mujeres. Una prueba es que se ha puesto bajo sospecha a un colectivo por el mero hecho de ser mayoritariamente femenino. Se trata de buscar profesionales que sean capaces de atender a las necesidades de niños y niñas. Que estos profesionales sean hombres o mujeres no debería importarnos.
    En cualquier caso, si realmente piensan que el que los profesores sean de uno u otro sexo es decisivo en la formación de los alumnos, la única solución coherente sería la educación segregada – niñas con profesoras y niños con profesores – pues de lo contrario la mitad del aula se vería damnificada. Peor el remedio que la enfermedad. Pienso.
    Que haya menos varones en la universidad inquieta a muchos. Que pese a ser menos lleguen a ocupar los puestos de más responsabilidad en casi todos los ámbitos debería dar que pensar a otros.

  9. Cristina, tengo la impresión de que te asusta la posibilidad de que efectivamente pueda haber relación -que no culpa- entre feminización y fracaso escolar masculino, pero que sea así o no lo sea es necesario demostrarlo y no descartarlo porque no te gusta.

    Observa además que aplicas una lógica dual curiosa. Lo que no tienes inconveniente en aceptar aplicado a los hombres en su relación con las mujeres, lo rechazas como si de un pecado se tratase cuando se dice referido a las féminas. Que haya más hombres en los puestos de responsabilidad debe preocuparnos, que haya más mujeres en los primeros tramos de la educación no.

    ¿A esta doble vara de medir cómo le llamas tú?

  10. Según este artículo, es necesario cambiar el sistema educativo para hacerla neutral y eliminar su sesgo en favor de lo femenino:

    http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2011/09/26/las-madres-ponen-las-normas-los-padres-se-los-llevan-de-juerga-84753/

  11. Cristina, no creo que de mi comentario se deduzca que he puesto bajo sospecha a un colectivo, el de las mujeres profesoras, por el fracaso escolar de los varones. Simplemente he llamado la atención sobre una serie de estudios, a los que tu misma puedes acceder, que en ese sentido se muestran poco concluyentes. Unos si establecen esa correlación (ver artículo comentado en el post anterior) y otros no. Si lees mi post más detenidamente, verás que, como tú, priorizo al sistema y a los nuevos modelos pedagógicos como origen del mayor fracaso escolar masculino.

    Subscribo el comentario de Emilio sobre tu doble rasero. Y sobre el accesos a los puestos de responsabilidad, ¿es fruto de ese clima todavía hostil hacia las mujeres que tu describes o de elecciones personales y vitales que difieren entre hombres y mujeres?. ¿Hasta cuando el victimismo y la apelación a un supuesto patriarcado opresor como excusa de todo?

  12. Sobre el tema nature vs nurture, introducir algún matiz. Al enfoque que prima la cultura (nurture) no le atribuiría un sesgo progresista, ya que llevado a su extremo ha degenerado en sistemas supuestamente igualitarios como el stalinismo (abolió practicamente los estudios de biología), el maoísmo o ciertos planteamientos de la ideología de género extrema, que considera el género como una mera construcción cultural ajena a cualquier condicionamiento biológico o evolutivo. Por otra parte, el énfasis en la nature en su vertiente extrema nos trajo el nazismo (atroz represor de enfoques humanistas), el aparheid o políticas eugenesícas atroces en los años 30 incluso en países supuestamente democráticos y progresistas, como Suecia.

    Quizás la postura progresista hoy en día, entendida como aquella que produce verdaderos avances, sea la que no olvida la esencia de la naturaleza humana y las diferencias que existen entre las personas y proporciona igualdad de oportunidades (que no de resultados), para todos y todas, independientemente del color de su piel, credo o sexo.

  13. Emilio y Plutarco, respecto a lo del doble rasero que dicen que tengo… es curioso porque con el ejemplo trataba de mostrar precisamente que eran ustedes los que estaban juzgando situaciones similares de diferente forma según encajaran o no en su visión del mundo. Lo que ocurre, creo, es que hay cosas que tienen tan asumidas que ni siquiera están reparando en ellas. Un ejemplo: el profesorado universitario es mayoritariamente masculino pero no se les ocurre decir que está ‘masculinizado’ ni, por su puesto, que tal hecho es la causa de la baja calidad del sistema universitario. Están viendo como normal lo concerniente a la universidad (tan normal que no se les ha ocurrido describir el ambiente como masculino ni ‘masculinizado’) pero lo que ocurre en la educación primaria les parece anómalo y por eso han visto pertinente tratarlo como un fenómeno digno de estudio: está ‘feminizado’ y esa feminización tiene necesariamente que tener consecuencias. Como decía Simone de Beauvoir, la condición femenina es la alteridad. Les pido que reflexionen sobre estas cuestiones antes de hablar de dobles rasero.

    Es verdad, Plutarco, que en tu comentario no se deduce que pongas bajo sospecha el colectivo. Hacía una reflexión general sobre todo lo que hemos tratado aquí. No hay razones objetivas para decir que la feminización de la educación primaria sea un problema. El fracaso escolar aumenta en la ESO cuando el porcentaje de profesoras disminuye y Emilio lo atribuye a la mala formación en primaria: ¿debemos suponer entonces que los chicos que fracasan en la secundaria por primera vez lo hacen debido al recuerdo traumático de su maestra de primaria? Como verán no puedo contestar que sí, pero no por miedo, sino por sentido común. Coincido con el psiquiatra del artículo en que educar a los niños desde el sexismo es malo… pero ya lo sabíamos, ¿no? Y respecto a que hoy los padres no ven a los niños, me gustaría recordar que hace no mucho (cuando yo era niña sin ir más lejos) los varones españoles se limitaban a dar un beso de buenas noches a sus hijos porque venían reventados del trabajo y además les habían inculcado que los niños eran cosas de mujeres. Sinceramente creo que pese a los divorcios se ha avanzado en este sentido. Me temo que este psiquiatra está pensando en otras cosas que no quiere decir claramente.

    Como corremos el peligro de prolongar el debate con una sucesión infinita de ‘y tú más’ trataré de resumir mi postura: que el fracaso escolar sea significativamente mayor en los varones es un problema que debe ser tratado. Aquí sí les doy la razón: si fueran las chicas las que fracasan quizás se hablaría más del tema. Por eso he escrito este post, para iniciar un debate entre mis compañeros (cosa que no he conseguido, pero bueno). Es posible que los niños se adapten peor a la escuela y es necesario, pues, que se tengan en cuenta los diferente estilos de aprendizaje de niños y niñas. Que los profesores sean hombres o mujeres a mi juicio es irrelevante, bastaría con que fueran capaces de atender a estas diferencias.

  14. Cristina, de acuerdo con su resumen final. Por diferentes vías creo que hemos llegado a las mismas conclusiones. Lamentablemente, este no es un debate prioritario en la sociedad española como lo está siendo en otros países. Podría de nuevo contra argumentar algunos de sus puntos de vista, pero esto derivaría en ese conflicto entre sexos tan hábilmente alimentado por el Sistema (y, francamente, tan aburrido).

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