Sin orden pero con concierto

de Manel Fontdevila

Las escuelas concertadas representan una de tantas anomalías que ocurren en España (que España es different es una verdad incontrovertible). Son centros de titularidad privada sostenidos por fondos públicos. Según datos del 2010, el estado paga  la escolarización de un 26% del alumnado en centros privados (concertados). En  Primaria el porcentaje es del 29%, lo que supone que la escolarización del 89% de los alumnos en centros privados se paga con fondos públicos. El sistema de conciertos se puso en marcha en 1985 con la «Ley Orgánica Reguladora del Derecho a la Educación» (LODE), estando el PSOE en el gobierno. Desde entonces el sistema se mantiene aunque el propio Felipe González, que lo promovió cuando era presidente, ahora se arrepiente de haberlo hecho.

Quien defiende la escuela concertada, suele esgrimir las siguientes razones (u otras similares):

Un alumno en un centro público cuesta mucho más que uno en la concertada: No me lo creo. Lo que ocurre es que en la red pública hay muchísimos centros que serían deficitarios en términos económicos: el típico colegio en un remoto pueblo de montaña, las escuelas de la isla de El Hierro donde hay menos de 10000 habitantes bastante dispersos, centros en barrios muy deprimidos y cosas así. Si no tuviéramos en cuenta estos casos, es posible que las cuentas de la pública sí cuadraran con las de la concertada. Claro, que la gran riqueza del sistema público es precisamente que llega a todo el mundo y creo que nadie duda de que debería seguir siendo así, aunque también pensemos que es muy mejorable.

Los padres tienen que ser libres para escoger el centro donde van a estudiar sus hijos: Es cierto que quien quiera una enseñanza ideológica para sus hijos (religiosa, en la mayoría de los casos) tiene todo el derecho del mundo a escogerla. Lo que no está tan claro es que el estado deba subvencionarla. Además, el argumento pierde peso desde el momento en que nos damos cuenta de que, aunque lo pagamos entre todos, no todas las familias tienen derecho a elegir sino solo aquellas con cierto nivel adquisitivo. Y es que el hecho de que el precio de la matrícula sea simbólico, no significa ni mucho menos que el colegio sea gratis: las concertadas siempre se las ingenian para cobrar por el uniforme, el material, actividades extraescolares que hacen ver que son obligatorias y otros conceptos menos claros. Esto cuando no rechazan directamente a quien sea por cuestión de religión o por venir de ciertos entornos socio-económicos (el 90% de los inmigrantes están escolarizados en centros públicos). No nos engañemos, al final la tan mentada libertad de elección se suele referir más bien a selección social: muchas escuelas se vanaglorian de no admitir a «cierto tipo de gente» o a «chusma» (palabra que he escuchado yo con mis propios oídos a una persona con un cargo de responsabilidad en un colegio concertado – y persona que, dicho sea de paso, está educando a los hijos de otros además de a los suyos).

– Los colegios concertados tienen mejor nivel: Tengo entendido que una vez filtrados los condicionamientos socio-económicos de los alumnos, no hay diferencia de rendimiento entre la escuela pública y la privada pero ahora no puedo encontrar ningún estudio que lo corrobore [editado: he encontrado esto aunque no enlazan el informe original]. De todas maneras, la comparación sería injusta si partimos de que la enseñanza pública predomina en las zonas deprimidas y además hace el mayor esfuerzo en integración de alumnos problemáticos. Más fácil lo tiene quien selecciona por cuestiones sociales, lógicamente.

¿La solución? Pues acabar con el sistema de conciertos educativos. Pero vamos, antes vemos a un español pisar la Luna que la desaparición de las escuelas concertadas.

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10 Respuestas a “Sin orden pero con concierto

  1. Un post excelente. Yo siempre he pensado lo mismo, lo que sucede es que en este país funcionan los dogmas de un modo inusual y en cuanto son cuestionados la gente se pone muy agresiva.

    «¿La solución? Pues acabar con el sistema de conciertos educativos. Pero vamos, antes vemos a un español pisar la Luna que la desaparición de las escuelas concertadas.» Más claro, agua.

  2. Aún así, por comunidades, la distribución de los colegios concertados no es homogénea. País Vasco, con un 56 por ciento de alumnos, seguido por Cataluña y Navarra con un 40 por ciento, son las comunidades con mayor porcentaje de estudiantes en la escuela concertada. Y los colegios concertados en esas comunidades no sólo corresponden a los que alude la caricatura de esta entrada, muchos son de marcada tendencia laico-nacionalista, que se vanaglorian, por ejemplo, de no aceptar alumnos «maketos» («chusma españolista» en la jerga nacionalista vasca). Por los sesgos que introduce la concertación en un sentido u otro (nacionalcatolicismo o nacionalismo de aldea), estoy en contra de la concertación en España (en otros países desarrollados parece ser que conviven sin grandes problemas). Quizás una mejora drástica en la educación pública se produciría si los/as políticos/as tuvieran que matricular a sus hijos en los colegios públicos de sus respectivas comunidades. Desgraciadamente, muchos/as de los/as defensores/as de una enseñanza pública de calidad terminan enviando a sus hijos no ya a colegios concertados, sino privados que tratan a los alumnos como «clientes».

  3. En cuanto al «arrepentimiento» de Felipe González, es más bien coyuntural y electoralmete motivado. Bajo su gobierno, Rubalcaba impulsó la reforma educativa más nefasta (LOGSE), que básicamente contribuyó al deterioro de la enseñanza pública y a potenciar el resto de las alternativas, sobre todo la enseñanza privada (se autorizó la apertura de las primeras universidades privadas en España). Como muestra de agradecimiento, ACADE (la asociación de centros de enseñanza privada), premió su labor:

    http://www.acade.es/NoticiasVer.aspx?item=91

    http://www-origin.abc.es/hemeroteca/historico-09-12-2008/abc/Nacional/los-colegios-privados-de-acade-premian-a-rubalcaba_911779192995.html

    El propio Rubalcaba afirmó que «no siempre todo el mundo ha entendido su buena relación conla organización». El presidente de ACADE es propietario de varios colegios privados y su universidad, la Alfonso X, una de las más beneficiadas por las leyes educativas promulgadas por el gobierno de Felipe González.

  4. Ni la escuela concertada es de la iglesia, ni el dinero público es de los funcionarios sino de la sociedad y la sociedad prefiere concertada.EN EL COLEGIO CONCERTADO DE MI HIJA , NO PAGO NADA, NO HAY CURAS NI MONJAS, ESTÁ EN UN BARRIO,HAY BASTANTES INMIGRANTES. EN EL CENTRO ESTÁN ASFIXIADOS PUES LA ADMINISTRACIÓN NO SUBVENCIONA REALMENTE EL CENTRO, NO PUEDEN PAGAR SUELDOS DEL PERSONAL DE ADMINISTRACIÓN Y SERVICIOS, LOS PROFESORES SON MUY BUENOS Y OPOSITAN TODOS LOS AÑOS,NO CRITICAN A SUS COMPAÑEROS DE LA PÚBLICA Y SE LIMITAN A CURRAN MUCHO Y BIEN. Por cierto, un profesor que estuvo en el centro y sin un ápice de vocación, con serios problemas de personalidad, incapaz de dar clase, aprobó el año pasado las oposiciones con nota muy alta.

    • Sabino, la experiencia personal con mi hijos en un colegio concertado también ha sido muy positiva. En su día evalué las diferentes alternativas que había en mi zona y el centro concertado juzgué que era el más adecuado. Con el tiempo, también ha mejorado la enseñanza pública de la zona y ahora mismo quizás sería también una buena opción. La enseñanza privada nunca ha entrado en mi radar.

      En mi comentario aludía sobre todo al uso político que se hace de la concertación, pero sobre todo en las comunidades que mencionaba, en las que la mayoría de los colegios concertados no pertenecen a la iglesia, pero si inspiran otros principios doctrinarios como el nacionalismo de aldea. En otros países conviven colegios concertados o charter schools con la enseñanza pública en base a criterios académicos y no ideológicos. Por cierto, en mi comunidad si he escuchado a gente que lleva camisa verde (interinos de la pública en huelga) denigrar de manera soez y desinformada la labor de los colegios concertados.

  5. Sabino, no dudo que en la concertada haya profesores maravillosos. Es cierto que el sistema de contratación se presta a meter amigos, ex-alumnos y recomendados en general, pero ni tiene por qué ser siempre así, ni se puede cuestionar de antemano el desempeño de los profesores. En todos lados cuecen habas y en la pública también hay gente que aprueba las oposiciones sin saber ni cómo, gente desmotivada, interinos que pasan sin más filtro que la antigüedad y cosas así. Pero en general tanto unos como otros lo que quieren es ganarse los garbanzos y hacerlo lo mejor posible. Mi crítica iba más bien contra los criterios de selección de alumnos que aplican las privadas concertadas, que son discriminatorios en la mayoría de los casos. Francamente, colegios como el de tu hija son más bien una excepción. Las cuotas que aplican estas escuelas no son la consecuencia indeseable de unos servicios que se prestan con buena voluntad: tienen la función del filtrar al alumnado (además de ganar dinero, obviamente). A veces la selección se hace por razones económicas y otras veces por cuestiones políticas, como ha señalado Plutarco, pero el caso es que se discrimina. Y una privada puede discriminar a quien quiera, aunque nos pueda parecer poco ético, pero una escuela que se financie con dinero público no puede permitirse ese lujo. Claro, que entiendo que un padre tenga reparos en escolarizar a su hijo en una escuela donde el 90% son inmigrantes con dificultades con el idioma. Es lógico y comprensible. Lo que ocurre es que en el que se haya llegado esta situación tienen mucha culpa las concertadas con su política de selección social incumpliendo, dicho sea de paso, lo compromisos que asumieron. Yo veo que los padres, quizás con la mejor voluntad, a veces aceptan lo inaceptable, como pagar cuotas por conceptos poco claros, ayudando así a que unos se lucren indebidamente y de camino contribuyendo a degradar la escuela pública. Hay mucha inercia, como ha dicho Francisco Javier. En realidad, simplemente con que los colegios concertados cumplieran las leyes (por lo que cuentas es el caso del colegio de tu hija) ya habría mucho ganado.

    • Francamente, defender la enseñanza pública ante los votantes e instaurar leyes que benefician a los amigos de la enseñanza privada (Felipe y Alfredo) me parece un grado de cinismo y de ética relativista que sólo se puede asociar al progresismo que nos ha vendido la LOGSE. Los colegios concertados existen en otros países, no son algo «typical spanish» y propocionar esa posibilidad de elección quizás no sea el peor de los legados que nos dejó Felipa. La solución no creo que esté en el totalitario principio de «acabar con ellos», sino en cambiar el marco legal. El que no lo cumpla, que pase a ser público…o privado. Y que los padres puedan elegir. ¿Cheque escolar?. Existe en algunos países de tradición socialdemócrata.

      Que no le diera tiempo a Felipe con 14 años de gobierno…en fin. También tendríamos que hablar sobre los criterios de evaluación de muchos colegios públicos y de como preparan a sus alumnos para la selectividad (básicamente, todo el año preparando las preguntas para aprobar y luego colección de calabazas en el primer año universitario). Y aunque la relación causa efecto no sea lineal, País Vasco y Navarra, con mayoría de educación concertada (con los defectos que he señalado) muestran unas cifras de fracaso escolar muy inferiores a los de Andalucía (90%, de educación pública).

      En relación al colegio concertado de mis hijos, no he aceptado lo inaceptable (ni imagino que Sabino), sus cuentas están muy claras y mi nivel de satisfacción es tan elevado como el de Sabino. Básicamente, los cuotas de conceptos «poco claros» (en el recibo que me pasan están bastante claros) se han usado para aumentar los sueldos de los profesores, especialmente a los de Bachillerato. Creo que efectivamente hay mucha inercia…y que en todos los sitios cuecen habas. La degradación de la escuela pública tiene más que ver con las leyes educativas que han encorsetado a sus profesores en pedagogías que tu misma reconoces en este blog han sido bastante desafortunadas. En otros países, por ejemplo Finlandia, que mantiene, por cierto, una enseñanza pública mayoritaria, el abandono de lo que fue su «LOGSE/LOE» produjo mejoras dramáticas en su nivel educativo.

      • Plutarco, de acuerdo en lo del psoe (mi primer comentario era lógicamente irónico) y de acuerdo con el daño que hacen ciertas pedagogías, pero de esto último no me parece que están libres tampoco las concertadas, la verdad.
        No creo que haya duda en que la gran mayoría de los colegios concertados incumplen la ley. Dices que sabes en concepto de qué exactamente pagas. Perfecto… pero habrá padres que no puedan afrontar esas cuotas, así que sus hijos quedarán excluidos pese a pagar impuestos también como (casi) todo hijo de vecino. También hay concertados que entrevistan a los padres antes de dar las plazas de modo que si los progenitores son descritos como «chusma» el niño queda fuera. Al final los niños con dificultades se concentran en la pública. El éxito de las concertadas en gran medida se debe a la selección social pero resulta que con dinero público no se puede seleccionar. Porque no es justo… ni legal.
        Después entiendo que como padre decidas enviar al niño a la concertada porque la pública no es buena. Pero quizás la pública sería mejor si las clases medias no huyeran aunque es comprensible que lo hagan.

      • El cheque escolar, vigente como he mencionado en algunos países de tradición socialdemócrata, permitiría igualar el acceso de los padres al tipo de educación que desean para sus hijos. En cualquier caso, es interesante como cada cual considera la utilización del dinero público conforme a sus prejuicios previos. Reconozco, por mi parte que a mi no me hace gracia que el dinero público se utilice para respaldar, por ejemplo, a sindicatos cuyas secciones de educación apoyan modelos educativos que refuerzan la mediocridad tanto en el docente como en el estudiante…y que termina trasladándose a una educación pública que hace años (muchos años) era fuente de avance social en las clases más desfavorecidas de España. Cierro los comentarios en este hilo, que creo incluyen puntos comunes.

  6. Plutarco, es verdad que el supuesto arrepentimiento de Felipe González hay que entenderlo más bien como uno más de los guiños a la izquierda pre-electorales. Como todo el montón de medidas que dijeron que querían aplicar pero, !ay!, ya no podían porque no les daba tiempo.

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